El elixir de la vida, también conocido como elixir de la inmortalidad, es una pócima
protagonista en numerosas leyendas que da la vida eterna a la persona que lo bebe. Siempre ha
estado estrechamente relacionado con la famosa piedra filosofal, que supuestamente transforma los
metales en oro y de ahí crea el elixir.
Históricamente dos civilizaciones han sido las que más empeño han puesto en
encontrar tanto el propio elixir como la fórmula del mismo. Primero fueron los chinos, a las
órdenes del emperador Qin Shi Huang, quienes buscaron las fórmula sin éxito. Dice la leyenda que en
el siglo III a.C. envió un alquimista llamado Xu Fu provisto con más de mil hombres y mujeres a los
mares del este con el objetivo de encontrar el
elixir de la vida,
pero que no volvieron jamás. Durante su viaje se dice que descubrieron la isla de Japón. En la
China antigua, además, siempre se ha creído que la ingesta de ciertos minerales alargaba la vida
considerablemente. Se trataba del jade, el cinabrio y la hematita. Además, consideraban el oro como
un potenciador de este proceso. Sin embargo, con el paso del tiempo fue comprobándose que el
consumo de estas sustancias era nocivo para el ser humano, por lo que su popularidad fue
decreciendo. Parte de culpa de esto fue también del budismo, que fue ganando credenciales con su
particular idea sobre la inmortalidad, hasta el día de hoy.
La segunda civilización en cuestión fue la hindú. Coincidieron en época con la
china y también en la idea de que el oro estaba relacionado con la vida eterna. Hay muchas
leyendas que tratan de explicar la aparición de la
Amrita,
nombre que se le daba al elixir en el país hindú, también conocido como Néctar de los
dioses. Sin embargo la idea de un elixir que da la vida eterna a quien lo bebe ha perdido
popularidad con el tiempo, ya que el hinduismo —religión mayoritaria en la India— tiene sus propias
ideas y acepciones sobre la inmortalidad.
Varios siglos más tarde, concretamente en el XVIII, se forjó otra leyenda en
torno al Conde de Saint Germain, que recibía el calificativo de «el hombre que lo sabía todo
y nunca moría». Se movió en los círculos cercanos a varios jefes de estado de la época, entre ellos
Napoleón o Catalina la Grande de Rusia. En su momento era conocido por haber vivido más de
trescientos años sin envejecer. Algunos expertos lo achacan a que el Conde tenía acceso al
elixir de la inmortalidad,
así como ciertas dotes en el arte de la
alquimia,
lo que le permitía consumir ciertas sustancias para alargar su vida.
Hoy en día sigue presente la idea de que existe una fórmula para conseguir
alargar la vida. En el año 2010, durante una sesión del parlamento kazajo uno de los
diputados sugirió que el por aquel entonces líder del gobierno, Nursultan Nazarbayev, de setenta
años de edad, permaneciera en el poder durante diez años más. Él contestó que sólo lo haría si los
investigadores encontraban la fórmula del elixir de la inmortalidad. Los científicos kazajos
empezaron a desarrollar un producto hasta que dieron con el Nar, que significa «comida» en
kazajo. Se trata de una bebida de yogur que, según los expertos, facilita la digestión de los
alimentos y la absorción de sus nutrientes. A octubre de 2014 Nursultan sigue en el cargo. |