El conjuro es la acción mágica de invocar divinidades para solicitar su intervención. Dicha
divinidad hará posible la alteración de la realidad mediante actos sobrenaturales.
Los conjuros son utilizados para diversas causas. La realización de cualquier
hechizo viene sujeta a una conjuración o evocación de espíritus o deidades previa. En los
exorcismos
los conjuros se utilizan para invocar al ser maligno que ha poseído un cuerpo (ya sea persona u
objeto) con el fin expulsarlo definitivamente de él.
A menudo se confunde su significado y se equipara al de un hechizo. Son cosas
diferentes: el
hechizo
precisa de un conjuro, pero no al revés. Para realizar un conjuro se suelen pronunciar unas
palabras en concreto, normalmente en latín; dependerán de lo que se quiera invocar. Las palabras
son poco comunes o, al menos, no se combinarían entre ellas en la vida cotidiana. En ocasiones el
conjuro precisa de la repetición de varios conjuntos de palabras para alcanzar el éxito.
Han sido varias las culturas que han empleado conjuros para invocar divinidades.
A pesar de eso apenas existe documentación sobre ellos, debido a que históricamente los
conjuros
siempre han estado ligados al paganismo y magia negra. La culpa de ello la tienen las religiones
monoteístas, para las que su dios era la única verdad conocida. Según sus escritos sagrados siempre
ha existido un antagonista de su deidad, llamado Satán, el Diablo, Lucifer o el Demonio. Los
conjuros se asociaron a la figura de las brujas, de quienes se aseguraba que eran allegadas a
Satán. Fueron condenadas y perseguidas en la Edad Media, por lo que los conjuros se tacharon de
inmorales y toda la documentación relativa a estos, quemada. A pesar de ello sí que se aceptaba el
uso de la llamada magia blanca, capaz de crear contramaleficios para contrarrestar la
supuesta magia negra de las brujas.
En la actualidad los conjuros son casi exclusivos de la ficción. Aparecen sobre
todo en videojuegos, juegos de ordenador, literatura, series de televisión, películas y juegos de
rol. En la realidad lo que más se relaciona con los conjuros es el juego de la ouija.
Consiste en situar sobre una mesa un tablero en el que aparezcan todos los números y letras del
abecedario. Otros tableros también incluyen, además, las palabras sí y no. Se
necesita un vaso, cubilete o copa puesto bocabajo sobre dicho tablero. El juego trata sobre invocar
espíritus mediante un conjuro y realizarle preguntas en voz alta. Los espíritus contestan moviendo
el objeto de letra en letra, formando palabras o frases, o simplemente desplazando la copa, vaso o
cubilete hacia el sí o el no. El movimiento del objeto es realizado por los propios
espíritus, por lo que no es necesario hacer ningún movimiento sobre el tablero. Sí que hay que
realizar, por el contrario, un ritual, normalmente consistente en apagar las luces, cogerse de las
manos entre todos los participantes y pronunciar el conjuro de invocación.
En las tribus de indígenas a día de hoy también se realiza esta práctica con
asiduidad. Es llevada a cabo por los chamanes, figura equivalente a los magos, hechiceros o brujos
medievales. |