Amrita es el nombre que se le da al néctar de los dioses en sánscrito, la lengua clásica
hindú. Etimológicamente proviene de las palabras a (no, negativo) y mritiu (muerte),
por lo que está estrechamente relacionada con el concepto de inmortalidad, al igual
que el
elixir de la vida, la
ambrosía
(alimento de los dioses griegos) o la piedra filosofal.
La amrita es protagonista en la mitología hindú. Toma el papel de néctar
divino, que concede la inmortalidad a quien lo toma. Cuenta el mito que al principio de los tiempos
los dioses y los demonios del hindúes luchaban entre ellos para establecer su dominio sobre el
mundo. En un momento dado los dioses, muy debilitados, pidieron ayuda al gran Visnú, que
propuso unir fuerzas con los demonios para extraer la
amrita
del océano de leche, uno de los siete exóticos y lejanos océanos de aquellos tiempos. Para realizar
tal tarea era necesario batir el océano, hecho que consiguieron tras muchos esfuerzos y varios
miles de años. De dicho batido salieron múltiples objetos divinos, siendo uno de ellos una copa
llena de amrita. Sostenida por el médico de los dioses fue robada al instante por los demonios que,
sin embargo, volvieron a perderla ante los encantos de Mojiní, que no era sino Visnú encarnado en
la mujer más bella del mundo. De esta forma devolvió Visnú la copa a los dioses, que bebieron y se
convirtieron en inmortales. Estos expulsaron entonces a los demonios a los infiernos.
Durante la pelea, unas pocas gotas cayeron sobre cuatro puntos de la India, convirtiendo a las
ciudades de Nasik, Shipra, Jariduar y Praiag en lugares de peregrinación.
Se cuenta también una versión ligeramente diferente de la historia que explica
los eclipses lunares. Se dice que Visnú, encarnado en su forma femenina Mojini, hizo formar
dos filas: una de dioses y otra de demonios. A los dioses les daría un trago de amrita a cada uno
mientras que el resto se lo repartirían entre los demonios. Uno de los demonios, Raju, intentó
hacerse pasar por dios para beber un trago del néctar de la inmortalidad. Soma (dios de la Luna) se
dio cuenta del engaño y avisó a Visnú, que cortó la cabeza del demonio al instante. Como Raju ya
tenía una gota del elixir en la boca su cabeza se volvió inmortal. Quedó suspendida en la bóveda
celeste y de vez en cuando se come a la luna para consumar su venganza. Así es como la cultura
hindú justifica los eclipses lunares.
La amrita no es sin embargo exclusiva de la cultura hindú. En el yoguismo
se considera un líquido bendito que puede fluir desde el chakra hasta la garganta al alcanzar
profundos estados de meditación, pudiendo adquirir así la inmortalidad. En la cultura sij se
emplea como agua bendita en los bautizos, mientras que en la mitología budista está relacionada con
la muerte del monstruo Raju, que al ser inmortal por haber consumido amrita su sangre, al caer a la
tierra, produce una cantidad innumerable de plantas medicinales. |